EL ANILLO DE BAMBÚ: Dos hermanas, un amor y la guerra. (ANILLOS NO METALICOS) (Spanish Edition) - CARLOS MARIO VELASQUEZ GONZALEZ, Paperback

• Release Date   7/13/2019
• ISBN-13   9781080245505 | 978-1-08-024550-5
• ISBN   1080245502 | 1-08-024550-2
• Format   Paperback
• Author(s)   CARLOS MARIO VELASQUEZ GONZALEZ
• “Querido Dani: Qué tiempos tan difíciles nos ha tocado vivir. El tiempo de la inocencia, de los juegos con canicas, con trompos y con caucheras ha pasado de una manera que sorprende. No sé qué vientos apresurados se han llevado las cometas. Y tampoco se a dónde se han ido los paseos al campo, las risas sobre la hierba, el correr detrás de ágiles conejos. No recuerdo que en esos tiempos pesara nada sobre nosotros. Todo nos parecía excesivo y extraordinario. Solo había un cielo que nos acogía, alegremente, cada mañana. Recuerdo la primera vez que me sentí triste. Fue aquella mañana que tuviste predilección por Jenny. Recuerdo que eran mayores que yo, y aquella vez no me dejaron entrar en sus juegos. Había una razón para ello. Habían descubierto algo del mundo de los mayores. Algo que yo no lograba comprender. Habían, por primera vez, experimentado algo que los hacía grandes, fuertes, privilegiados. Algo que no podían compartir conmigo porque era más pequeña. Entonces descubrí que Jenny era hipócrita también por primera vez en su vida. Fingir que no era su culpa sino la tuya, Dani, echarte la culpa de que yo no pudiera estar allí, en la sombra de aquel sótano. Pero bueno, eran cosas de chicos, yo lo perdono todo, pero de aquella mañana algo se me quedó, que me ha perdurado toda la vida. Que sintieras predilección por Jenny, porque era más bonita, aunque tú sabías, con toda certeza, que yo era más lista. Entre ser bonita y ser lista tú preferiste y has preferido también, por siempre, a la que es más bonita. Cuando empezaste a tener ideas revolucionarias pensé que al fin ibas a fijarte en mí, porque era más lista y más intelectual. Yo también empezaba a pensar que no se puede vivir sin una conciencia política. Pero no fue así. Cuando casi entregas tu vida al Creador por defender tus ideales, cuando ardías de fiebre y yo te cuidaba, escuché que débilmente pronunciabas su nombre. No quise contarte al día siguiente, ni siquiera cuando pensaste que debías casarte conmigo porque era yo quien demostraba con hechos que te quería. Hay que dejar que el destino haga su labor. Hoy no sé dónde estás. En presencia de aquellas palabras “Me voy a los llanos” me quedé como frente a una presencia de lo insospechado. Ibas a la guerra y no sé si ya estarás ante Dios rindiendo cuenta de tus actos. De ser así estarás orgulloso de haber vivido poco pero consecuentemente. De estar vivo, quisiera saber de ti, quisiera poder volver a ver tus ojos y refugiarme en tus brazos. Siento una soledad tan grande que respiro como si estuviera en medio de estrellas. Solo le pido a Dios una cosa: que te pueda volver a ver vivo y si ello no es posible, que pueda saber dónde quedó tu tumba.”